En dicho estudio cuantitativo, el 30 por ciento de los alumnos revelan que en su escuela y en el entorno social en que se encuentra, es fácil conseguir droga ilícita.

El 32 por ciento de los estudiantes de bachillerato aceptan la presencia en el entorno escolar de pandillas y grupos violentos.

El 29 por ciento de los alumnos de educación media superior aceptan haber acudido al aula, por lo menos una ocasión, portando alguna arma punzo cortante o de fuego.

En su caso, más del 50 por ciento de los docentes de este nivel de educación, consideran que la droga y la drogadicción se ha constituido en un problema gravísimo de la escuela.

El 90 por ciento de los maestros de bachillerato consideran que no se cuenta con programas y protocolos de capacitación y seguridad para atender este fenómeno, hoy convertido en un flagelo de enormes consecuencias negativas para la escuela y para la sociedad en su conjunto.

Proponen los propios docentes avanzar en la profesionalización en el tratamiento de dicho fenómeno, en la actualidad no abordado con eficiencia y eficacia.

Se requiere para tal efecto, actuar con visión integral, en donde de manera coordinada trabajen autoridades educativas, de seguridad pública, de procuración y administración de justicia, los expertos en prevención y combate al delito, entre otras instancias y profesionales del ramo.

La violencia escolar es hoy un gran problema en Zacatecas, que debe abordarse con profesionalismo y con visión estratégica.

La LXIII Legislatura conoció de una Iniciativa de punto de acuerdo presentada por la diputada Mónica Borrego, para exhortar al gobernador Alejandro Tello Cristerna, con el objetivo de que instruya a los titulares de las áreas sustantivas de su administración, a fin de que se implemente un Programa integral de prevención y combate a la violencia escolar en instituciones de educación media superior en el estado de Zacatecas.

La violencia escolar se ha convertido en uno de los más grandes flagelos que atenta en contra de las instituciones educativas y sociales de nuestro tiempo.

Al menos tres repercusiones negativas producen la violencia escolar:

Primero, afecta y deforma los procesos pedagógicos de calidad y excelencia, obstaculizando la formación armónica e integral de niños, adolescentes y jóvenes.

Segundo, impacta fuertemente en las relaciones de la sociedad de nuestro tiempo, y

Tercero, genera consecuencias negativas en las relaciones al interior de las familias.

Según los especialistas, la conceptualización de la violencia escolar designa al conjunto de conductas violentas, robos, agresiones, injurias, amenazas y atentados en contra de la dignidad de los integrantes de la comunidad escolar.

En la sociedad de nuestro tiempo, al menos dos nuevos factores emergentes han hecho más complicado el tratamiento de la violencia escolar.

Uno de ellos, tiene que ver con la “sicarización” de la escuela, es decir, con la presencia de grupos y pandillas criminales vinculados comúnmente a la venta y distribución de droga ilícita.

La “sicarización”, es un concepto que apareció en la década de los noventa, particularmente en Colombia, para designar la influencia de los grupos del narcotráfico en el control de todas las instituciones públicas.

El otro elemento está asociado al uso de las redes sociales, en donde se expone en tiempo real, a manera de trofeos, los actos de violencia que se manifiestan en la escuela o bien en su entorno social.