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El siguiente paso del T-MEC es tener aranceles externos comunes: Laborde

Los aranceles impuestos a China por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que alcanzan hasta el 104%, representan no solo una respuesta a los déficits comerciales de Estados Unidos, sino también un cambio estructural en el comercio y la economía mundial, aseguró en Aristegui en Vivo Adolfo Laborde, director de la División de Estudios sobre el Desarrollo del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

Señaló que los parámetros para establecer la producción de mercancías y bienes de capital se modificarán, lo que afectará las relaciones de poder globales. “Esto no es fortuito, es algo que el señor Trump sabe muy bien”, apuntó, añadiendo que, si no tomaba medidas sobre la supremacía manufacturera de China, hubiese buscado una “estrategia de contención a China” y también para debilitar el comercio internacional para superar los déficits comercial que según el mandatario tienen varios países con Estados Unidos.

“No creo que de la noche a la mañana se vaya a detener el comercio, porque ya existen pedidos, órdenes de compra. Va a haber una desaceleración y se buscará otra estrategia para maximizar la competitividad. Hay que recordar que en el sistema de libre comercio se compite con precio, se compite con valor agregado”, señaló.

Laborde pronosticó que las empresas alrededor del mundo que tienen como mira el mercado de América del Norte buscarán ser más competitivas para poder entrar a dicho mercado independientemente de los aranceles. “Vamos a ver mayor gravitación entre los polos y el regionalismo. Se habla de este proceso de desglobalización hacia un regionalismo. Y este regionalismo va a tener el objetivo de establecer mecanismos de comercio entre países más cercanos, con una relación política menos agresiva con el señor Trump”, mencionó.

En ese sentido consideró que México podría beneficiarse de este cambio de enfoque hacia un mercado más regionalizado, ya que las empresas podrían establecerse en el país con el fin de ser más competitivas dentro del contexto del mercado norteamericano. Además, apuntó que las políticas de Trump podrían contribuir a lograr sus propios objetivos de repatriación de capitales y reindustrialización, dejando a China al margen.

Por lo tanto, México podría avanzar en su integración total al mercado de América del Norte, dentro del marco del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). “Se habla de que, con tal de establecer este mecanismo de acercamiento, no entrar en conflicto con el T-MEC y con la revisión, y dejar solamente este universo del 15% de los productos sujetos a arancel, que es aluminio, que es acero y, por supuesto, los automóviles, en el contexto de los elementos que comparten los certificados de origen para que estos no paguen arancel, pues se está hablando que México podría entrar en esta lógica de un mercado común híbrido, en un arancel externo común”, enfatizó.

“En el caso del T-MEC no es un proceso de integración como en la Unión Europea, es un tratado de libre comercio, un área de libre comercio, pero el siguiente paso es tener aranceles externos comunes”, señaló.

Laborde advirtió sobre los retos que esto implicaría para la política comercial de México, dado que el país tiene acuerdos comerciales con 52 países mediante 14 tratados. “Si nosotros caemos en la presión de establecer un arancel específico a China o a otros países, tendremos necesariamente que cambiar la política comercial y salirnos de esos tratados de libre comercio”, afirmó. Además, subrayó que cualquier intento de seguir los aranceles de Estados Unidos podría debilitar la capacidad de México para diversificar su comercio a nivel internacional.

“No sé si esto se vaya a dar en el caso específico de China, que sean aranceles selectivos” para responder a la necesidad de una presión política hacia el país asiático. “Esto ya es parte de una política pública. Lo anunció el exsecretario de Hacienda Rogelio Ramírez de la O hace algunos meses, cuando anunció el Plan México”.

Laborde crítico la estrategia actual de diversificación comercial de México. “Hace algunos años se cambió la política comercial, eliminando un aparato de promoción que era ProMéxico, y hace dos años se cerraron las siete oficinas que teníamos en el extranjero de la Secretaría de Economía”, recordó. Según él, este ajuste para reducir costos ha afectado la capacidad de México para promover su comercio en mercados globales, por lo que se tendría que retomar ante la incertidumbre de las negociaciones comerciales con Trump.

Incertidumbre para atraer capitales

El especialista destacó como una de las claves del choque de Estados Unidos con China a la interdependencia económica entre los dos países. Señaló que, mientras el 7% de las exportaciones chinas van a Estados Unidos, el 16% de las exportaciones de Estados Unidos tienen como destino China. “Hay una diferencia notable, lo que quiere decir que China tiene una mayor capacidad de establecer estrategias de diversificación comercial”, dijo, contrastando la flexibilidad de China frente a Estados Unidos.

Laborde apuntó que las empresas estadounidenses, en busca de maximizar su producción, se han ido estableciendo en China y en el sudeste asiático con miras a establecer economías de escala y maximizar su producción con bajos salarios y una serie de políticas fiscales establecidas para atraer inversión.

“Entonces esto sí va a afectar la relación política”, consideró, al tiempo que a la estructura de las empresas de Estados Unidos a través de la inversión extranjera y la repatriación de capitales.

Además, afectará a las empresas chinas que utilicen países como Vietnam -al que se le puso el 86% de aranceles- como una plataforma de reexportación de sus productos.

En ese sentido, la decisión del presidente Donald Trump está pensada en la redefinición de la política industrial de Estados Unidos, mediante “establecer incertidumbre para que esos capitales que en algún momento se establecieron en estos puntos estratégicos en el comercio internacional regresen a Estados Unidos”.

Laborde no dudó en calificar la política de Trump como una manifestación de “neoimperialismo”, con una falta de respeto hacia la diplomacia tradicional y las normas internacionales. “Las relaciones internacionales, la diplomacia pura que existía ya no existe”, afirmó, al criticar que durante un acto del Comité Republicano en el Congreso la noche del martes, el mandatario señalara que los países le están “besando el trasero”.

El especialista dijo que esta forma de conducirse por parte de Donald Trump está lastimando el “orgullo nacional” de muchos países como Corea del Sur, China y Japón, que aunque han tenido discrepancias históricas, en la actualidad se están reuniendo “para acelerar un proceso de facilitación y libre comercio”. “Entonces, el mundo está cambiando no solamente comercialmente, sino también en las alianzas políticas que pensamos que no se iban a ver antes”, enfatizó.

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